Esto pudo tener que ver con el hecho de que crecí en una casa donde siempre había música en el ambiente. Aquella que llamamos clásica, la que lleva el calificativo de popular y mucho, mucho jazz (en casa había un buen equipo de sonido y muchos discos y casetes). Yo mismo suelo estar oyendo música en casi cualquier situación que lo permita. Durante varias décadas he leído y oído bastante jazz, y he tenido la fortuna de ver a muchos músicos, varios de ellos considerados como leyendas, haciendo jazz. Hay algunos aspectos que hacen que el jazz sea diferente de otra música. El crítico alemán Joachim Berendt sugirió tres:

  1. Una relación especial con el tiempo, que puede llamarse swing.
  2. Una espontaneidad y vitalidad en la producción musical, de la que hace parte la improvisación.
  3. Una sonoridad y manera de construír las frases, que refleja la individualidad de los intérpretes.

Si en el barroco el «bajo continuo» proveía a la música de un cimiento sobre el cual apoyarse, creo que en el jazz este papel corresponde a la que se conoce como la «sección rítmica». Sólo que en el jazz esta sección no es simplemente un apoyo, sino que se constituye en sí misma en una de las formas más elaboradas del jazz, y una de mis favoritas: el trío. En el trío de jazz se reúnen esas tres características que mencioné antes, el ritmo, la improvisación y la individualidad. Además de ser tres, un trío es también un solo ente, que está vivo, como el jazz. El gran pianista Brad Mehldau propuso un escenario fantástico en el que toda la música jamás escrita en el mundo desaparece en un instante. ¿Qué músicos podrían subir entonces a un escenario, sin ensayos previos y sin siquiera conocerse, para producir música?: los músicos de jazz, por supuesto. Como no soy musicólogo, no voy a intentar definir al jazz ni explicar lo que me gusta del jazz. Sólo puedo decir que me identifico plenamente con las complejidades del ritmo en el jazz, sus sobresaltos, sus pausas y sus silencios. Siempre recomiendo ver jazz en vivo, el escenario donde se pone a prueba la capacidad de comunicación y la inventiva de cualquier músico de este género. Las grabaciones en vivo son una buena alternativa, y, por fortuna, hoy hay una gran cantidad de música en vivo disponible a través de la internet. En esas presentaciones en vivo se tiene la oportunidad única de ver a los músicos de jazz hacer algo impensable en algunos otros géneros, como la música clásica: cometer errores. Si el músico de jazz  se equivoca en una nota o en un silencio, usa su ingenio para aprovechar su error y crear algo nuevo. En el jazz se puede ser testigo de una composición original, que es lo que sucede con la improvisación. Cada vez que el músico vuelve a interpretar una canción, puede hacerlo de una manera distinta. Así, para tratar de explicar mejor esto que llamamos jazz, sugiero oírlo, y mucho, pues existen muchos estilos y muchas maneras -casi como intérpretes- de hacer jazz. En estas notas, quiero reseñar algunos de los músicos mas representativos de los diferentes estilos de jazz, con una breve reseña biográfica que trataré de organizar según la fecha conocida de su natalicio. A medida que recopile información, iré agregando detalles o personajes a esta lista de efemérides. También quiero mostrar ejemplos de los estilos de este tipo de música, o comentar sobre algún concierto, una canción o un disco que me llame la atención, o anécdotas curiosas sobre la vida y muerte de sus intérpretes y sus interpretaciones. Poco a poco, agregaré imágenes representativas de diferentes autores, algunas de las cuales son consideradas clásicas, y unas pocas que yo he tomado con alguna de mis cámaras (la fotografía es otra de mis aficiones), sobre temas alusivos al jazz. Incluyo una sección de fuentes de información, que también espero que crezca paulatinamente. Mi nivel sigue siendo el de un aficionado, que ha encontrado, a lo largo de varias décadas, solaz en este tipo de música (también en la música clásica, rock, etc, pero este espacio será para el jazz).

Aníbal J. Morillo, jazzófilo.